“Comœdia est imitatio vitae, speculum consuetudinis, imago veritatis”
Cicero, De Re Publica (54-51 B.C.)
“How often taste changes in music! How corrupt is it not, right now! Everything must be foolish and comic.”
C. P. E. Bach, Letter to Jacob Decker, 1774
Living Musical Gestures
“¿Quién nos librará de los griegos y los romanos?” se quejaban hace tres siglos los literatos franceses envueltos en la disputa entre los antiguos y los modernos. Sólo en nuestros tiempos la pregunta ha tenido una respuesta positiva explícita, una respuesta que se puede resumir en una palabra: tecnología.
Mientras la gente viajaba en diligencias y el caballo no sólo se utilizaba para el turismo rural y las apuestas, el nivel técnico de las sociedades europeas no era muy diferente del de dos mil años antes. Los pensamientos y los razonamientos se movían, por tanto, en un contexto material en el que la velocidad media de movimiento, salvo raras excepciones, no podía superar los diez kilómetros por hora. De esto surgieron varias consecuencias, incluida la que hizo que la gente creyera que podían aprender algo de los precedentes históricos y aceptar una continuidad absoluta con el pasado. Y dado que los griegos y los romanos habían sido las fuentes de la cultura occidental, se pensaba que volver sobre su historia y leer su literatura era una forma de extraer de ellos nueva energía y nuevas enseñanzas que podrían utilizarse en el futuro.
[…] La velocidad vertiginosa de la historia encontrada en el siglo XX y atribuible a la última fase de la revolución industrial, nos ha demostrado que ya no hay continuidad con el mundo antiguo, y en general con el pasado, y que la ruptura es definitiva e irreversible. […] En cualquier caso, queda la oportunidad, o más bien la necesidad, de no dispersar una tradición que, no menos que otras, ha tratado de descubrir y configurar la naturaleza del hombre, es decir, la necesidad de preservar la memoria de la herencia genética que ha aportado a la cultura occidental actual. Esta memoria nos parece capaz de formar personas más reflexivas y más adaptadas a la convivencia civil, ya sea porque los ideales experimentados los vuelven intransigentes, ya porque los suaviza la “pietas” que se aprende de la contemplación del pasado.
Giuseppe Antonelli, Historia de Roma antigua (1994)